El Poder Incorruptible de la Sal: Un Sello de Alianza y Purificación en la Esencia de Yemayá
Este antiguo conocimiento eleva a la sal de mero mineral a un instrumento de poder divino y sello de alianza, resonando profundamente con la energía de Yemayá, la gran Orisha dueña de las aguas y fuente original de toda vida y gestación.
La sal, al fusionarse con el agua, simboliza la Purificación Profunda que solo el océano puede ofrecer, disolviendo los obstáculos del alma y la mente. Es un Pacto Incorruptible, reflejando la firmeza, la constancia y la protección eterna de la Madre Divina.
Sin embargo, esta enseñanza nos advierte sobre el estancamiento. La sal es bendición en movimiento; si el alma se niega a fluir y se aferra al pasado (como la estatua de sal de la esposa de Lot), esa misma energía de la sal puede cristalizar la rigidez. Yemayá nos llama a soltar y a fluir con la marea de la vida, pues la restauración y el renacimiento se hallan siempre en el avance consciente.
El ritual de la sal y el agua es, por tanto, la activación de un renacimiento, un acto de fe donde declaramos: "Estoy inmerso en el útero de la Gran Madre. Que la sal disuelva toda negatividad y que el flujo de su océano me guíe hacia una nueva gestación de vida, purificada y bendecida."
El Ritual de Purificación y Apertura de Caminos (Pacto de Sal y Agua)
Este acto requiere conciencia e intención para activar el poder inherente de los elementos y la alianza con lo Divino (o con la energía de Yemayá, si así lo invoca):
Preparación del Santuario
Consigue un Recipiente Nuevo y Limpio: Un tazón, cuenco o vaso que nunca se haya usado para fines mundanos. Esto simboliza una nueva etapa, una vasija de vida lista para ser renovada.
Elabora tu Sello Energético: En un pequeño trozo de papel, escribe tu nombre completo. Tu nombre es tu identidad energética y tu vibración. Lo que se pone en el agua, se pone simbólicamente en tu vida.
El Proceso de la Alianza
Vierte el Agua: Llena el recipiente nuevo con agua limpia. El agua es el flujo, el Espíritu en movimiento y la representación de tu energía actual.
Sumerge tu Esencia: Coloca el papel con tu nombre dentro del agua. Este es un acto simbólico de rendición y apertura, declarando: "Me entrego a este proceso de purificación."
Toma la Sal del Pacto: Toma un puñado de sal en tu mano dominante. Esta sal representa la Alianza con Dios o con Yemayá. Es el sello espiritual que limpia, conserva y purifica.
La Declaración de Autoridad (Oración): Con la sal en tu mano y con intención y fe profunda, declara esta oración en voz alta:
"Dios Todopoderoso / Madre Yemayá, Creador(a) del cielo y la tierra y Dueño(a) de las aguas.
Bendigo esta agua y esta sal, así como se purificaron las aguas antiguas.
Que cada cristal de sal disuelva los estancamientos y obstáculos en mi camino.
Que limpie mi vida, mi cuerpo y mi energía de toda negatividad.
Que se abran mis puertas, se atraiga la prosperidad y se selle mi protección.
Así como la sal purifica y conserva, que mi vida se llene de luz, armonía y abundancia renovada.
Gracias, gracias, Padre/Madre, porque mi voz ha sido escuchada y mi pacto ha sido sellado."
El Gesto de la Transformación: Lanza la sal sobre el agua con certeza, sin dudar. En este gesto, estás activando una nueva frecuencia y declarando: "Lo viejo se va, lo nuevo entra."
Finalización y Sostenimiento
Silencio y Presencia: Quédate en silencio unos minutos, presenciando la mezcla. Siente gratitud y certeza. La energía ha sido movida.
Sostén la Fe: No tienes que hacer más. Solo sostén la fe inquebrantable y permite que lo pedido comience a manifestarse, confiando en que el cielo ya ha respondido a tu acto de conciencia.
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