viernes, 12 de septiembre de 2025

“El secreto espiritual de hablar con tus muertos y darles luz con Oyá” #...

En el camino de la vida y la muerte, los Egunes familiares son raíces que nunca dejan de sostenernos. Aunque sus cuerpos reposen bajo la tierra, su espíritu se eleva y continúa velando por nosotros desde el más allá. Rezarles en su descanso en el cementerio es un acto de amor, gratitud y conexión, que no solo honra su memoria, sino que fortalece la unión con nuestro linaje espiritual.
En estos rezos, la presencia de Oyá Yansá, guardiana de los camposantos y señora de las puertas entre los mundos, nos acompaña para abrir el camino hacia el entendimiento, la paz y la evolución de nuestros seres queridos en la otra vida.

Rezarle a un familiar fallecido nos brinda:

  • Sanación interior, al liberar el peso de la ausencia con palabras de amor.

  • Protección espiritual, al pedir su bendición y guía desde el mundo invisible.

  • Evolución del alma, pues con nuestras oraciones ayudamos a su espíritu a elevarse y a transitar en paz.

  • Renovación de esperanza, recordándonos que la muerte no es final, sino transformación.


🙏 Rezo a un Familiar Fallecido con Oyá

A los pies de tu descanso me inclino, con humildad y respeto.

Oyá, madre de los vientos y guardiana de los nueve mundos,
te invoco en este momento de silencio y recogimiento.
Que tus ráfagas abran las puertas del más allá,
para que mis palabras lleguen puras y claras a mi [madre/padre/hermano/nombre del familiar].

[Nombre del familiar], hoy vengo ante tu morada de descanso,
con el corazón abierto y la voz temblorosa de amor.
Te agradezco por lo que fuiste en vida,
por las huellas que dejaste en nuestra familia,
y por el legado de fuerza, valores y cariño que aún me guía.

En este cementerio, donde habita el misterio y la calma,
te envío luz, paz y bendiciones.
Que tu espíritu encuentre descanso en la claridad,
y que junto a Oyá camines sin miedo hacia la eternidad.

Si en vida hubo sombras, que se disuelvan en el viento;
si hubo penas, que se tornen en esperanza.
Recibe mis rezos como flores invisibles,
que perfuman tu descanso con amor eterno.

Oyá Yansá, madre que mueve las hojas secas y guarda las tumbas,
cuida a mi familiar en su tránsito,
dale fuerza en su camino espiritual,
y permite que su luz me acompañe cuando la necesite.

Hoy no te lloro con tristeza,
te recuerdo con gratitud y con fe.
Porque aunque la tierra te guarde,
el espíritu vive y se eleva con cada rezo.


✨ Conclusión

Rezar a nuestros familiares fallecidos es sembrar semillas de amor en la eternidad. Bajo la guía de Oyá, comprendemos que la muerte no rompe los lazos, sino que los transforma en luz.

"El viento se lleva lo que muere, pero el amor lo transforma en eternidad."

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