Eleguá y Orí: El Camino y la Conciencia del Destino.
En la espiritualidad afrocubana, todo comienza con el Orí, el espíritu que cada uno lleva dentro, la chispa divina que nace con nosotros antes de tocar la tierra. Es nuestro destino sagrado, nuestra conciencia profunda, el juez interior que guía las decisiones, que sueña, que elige, que recuerda lo que vinimos a cumplir.
Pero incluso Orí, por sabio y elevado que sea, necesita de un poder que lo conecte con el mundo material y abra las puertas del cumplimiento: ese poder es Eleguá, el mensajero, el portero de los caminos, el niño sabio que se sienta en las encrucijadas del universo, el es el puente, y Orí es la brújula.
Uno sin el otro deja el destino incompleto. Orí puede tener el mapa de la vida, pero sin Eleguá, los caminos se cierran. Y Eleguá puede abrir mil portales, pero si Orí no estará nunca claro, y la persona camina sin propósito.
Cuando buscamos claridad espiritual, no solo pedimos señales en el mundo exterior: buscamos que Orí y Eleguá se alineen, que lo que nuestra alma desea esté en armonía con lo que el universo permite. Que se nos abran los caminos correctos, no los más fáciles; que se active el destino verdadero, no el deseo momentáneo.
Este rezo antiguo, sacado de la sabiduría legada por nuestros ancianos y que compartimos, es una invocación doble: a Eleguá, para que abra, proteja y guíe los caminos externos; y a Orí, para que ilumine desde dentro, para que decida con sabiduría y nos mantenga fieles a nuestro pacto ancestral.
Rezo a Eleguá y Orí para la Claridad Espiritual y la Apertura de Caminos.
Mo yugbá Orí mi,
cabeza sabia que me guía desde el cielo,
consejo eterno que elegí antes de nacer,
te honro y te invoco para que no me abandones,
para que me mantengas firme en mi camino.
Orí, alúmbrame desde dentro,
hazme ver lo que mi corazón olvida,
y fortalece mi destino con luz y firmeza.
¡Laroye Eleguá!
Dueño de la encrucijada,
niño sabio y anciano poderoso,
te pido que abras el camino que Orí ha elegido,
que quites los obstáculos que no me pertenecen,
que permitas que esta petición, (y es el momento de mencionarla).
llegue al lugar donde el destino se cumple.
Eleguá, sin ti no se abre la puerta,
sin Orí no se sabe a dónde ir.
Tú eres la llave,
y Orí es la intención.
Juntos, son el poder que guía los pasos y el alma.
Abre caminos, Eleguá.
Guía mi destino, Orí.
Que lo justo llegue.
Que lo falso se aleje.
Que lo mío venga en paz, luz y verdad.
Ashé Eleguá, Ashé Orí.
Que así sea.
"así será".
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