en esta historia Del signo Iroso Ogunda, nace la
vendimia, o sea, la recolección de uvas para fabricar el vino.
En este pataki el orisha Obbatalá, dueño de nuestros pensamientos y guía
de nuestras decisiones, tenía hijos y quería alegrarles, por lo que decide plantar la vid.
Un día se le acerca ikú cuando estaba plantando y le pregunta:
¿Qué haces padre Obbatalá?
Y este le responde: ¿Yo? plantando uvas para alegrar el corazón de mis hijos.
ikú entonces le dice: Yo puedo ayudarte a mejorar tu cosecha, espera un momento que ahora regreso, este de inmediato desapareció por un hueco en la tierra.
Al rato regresa con un carnero, un cerdo, un león y un mono.
los sacrifica y vierte su líquido vital en la tierra al lado de los árboles para que
esa sangre fuera absorbida por las raíces de las plantaciones de uvas.
Después de haber hecho esto se retira silenciosamente y deja a obatalá muy preocupado.
este asustado, observa todo lo que había hecho ikú y se pregunta en voz alta:
¿Qué sucederá cuando los hombres prueben la bebida del fruto de estos árboles?
Pasó el tiempo, los árboles dieron su fruto y al convertirla en bebida Obbatalá se da cuenta entonces del efecto que producía en los hombres.
y esto fue lo que sucedió con la maldición de ikú a los sembrados:
quien bebió vino en pocas cantidades se transformaba en un hombre dócil como un carnero.
quien bebía mucho se volvía fiero como un león, pero si lo hacían
demasiado hasta ya no dar más, caerían en el lodo como cerdos y se reirán de ellos como monos.
obatalá aborreció las bebidas y aconsejó a sus hijos degustarlas en tiempos de celebración y al amparo de la prudencia.
en ningún caso la bebida es la culpable de lo que seamos en realidad, solo ésta reafirma la fuerza de la maldición que ikú dejo plantada en las simientes de la vid, para que el hombre adquiriera los atributos de las bestias según su comportamiento.
bendiciones familia.
ashé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario